Tirando hacia el Algarve, se puede hacer una parada en el café Calcinha, en la ciudad de Loulé. Su nacimiento data de 1927 y su estilo propio de la Belle Époque recrea el mismo de un local de Brasil con el que comparte nombre. El primordial impulsor de la popularidad del negocio fue el versista António Aleixo que, como Pessoa en Lisboa, tiene una escultura en la terraza de su cafetería preferida.
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